10 poemas de amor escritos por mexicanos

Te compartimos estos poemas de escritores mexicanos, quienes han convertido en letras, ese sentimiento humano llamado amor. ¡Dedícale el que más te guste al amor de tu vida!

Siendo México un país que ha visto nacer a grandes poetas y escritores que han encontrado la inspiración necesaria para crear sus grandes obras en el amor, tanto en lo bello como en lo desgarrador que puede ser.

En seguida disfruta de estos 10 poemas de amor de escritoras y escritores cien por ciento mexicanos.

Espero curarme de ti de Jaime Sabines

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»… Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Tus formas se graban en el monte… de Elsa Cross

Para Verónica Volkow

Tus formas se graban en el monte,

en los bordes húmedos de la piedra

-cavidades como axilas.

Tus formas se pegan a mis huesos.

Dejo de existir,

sólo tú quedas

como jade en estas faldas.

Cuánto de ti estalla en cada hoja,

reverbera en la distancia

donde tu luz devora todo brillo.

(¿Estoy en tu abismo

o lo rodeo ?)

Renazco en la sombra del laurel,

en la celda de un templo circular

si sostienes

con un pie gigantesco

el firmamento.

Tus formas como un vértigo

me absorben,

me disuelven.

Dejan en mis labios briznas de anís.

Y en el fondo del risco

árboles como dioses,

sabinos rojos.

Amor, de Salvador Novo

Amar es este tímido silencio

cerca de ti, sin que lo sepas,

y recordar tu voz cuando te marchas

y sentir el calor de tu saludo.

Amar es aguardarte

como si fueras parte del ocaso,

ni antes ni después, para que estemos solos

entre los juegos y los cuento

sobre la tierra seca.

Amar es percibir, cuando te ausentas,

tu perfume en el aire que respiro,

y contemplar la estrella en que te alejas

cuando cierro la puerta de la noche.

Corazón habla de Tania Jasso Blancas

I

Anoche mentí con la sinceridad de un suicida,

escribí letras para encontrarte

atrapé el pasado entre los dientes

y el ruego en mi garganta estalló

ante mi propia espera.

Llegarás,

abrí las ventanas y la puerta

de esta gran habitación que también fue tuya.

Espero

sentada frente a las palabras

que te esconden entre las esdrújulas.

Aguardar

y seguir aguantando resulta fácil

nunca estoy preparada, pero te espero

y al anochecer mentiré otra vez

con la sinceridad de un suicida.

A ella de Salvador Díaz Mirón

Semejas esculpida en el más fino

hielo de cumbre sonrojado al beso

del sol, y tienes ánimo travieso,

y eres embriagadora como el vino.

Y mientes, no imitaste al peregrino

que cruza un monte de penoso acceso

y párase a escuchar con embeleso

un pájaro que canta en el camino.

Obrando tú como rapaz avieso

correspondiste con la trampa al trino,

por ver mi pluma y torturarme preso.

No así el viandante que se vuelve a un pino

y párase a escuchar con embeleso

un pájaro que canta en el camino.

Carta al lobo (fragmento) de Carmen Boullosa

Querido Lobo:

Llego aquí después de cruzar el mar abierto del bosque,

el mar vegetal que habitas,

el abierto de ira en la oscuridad y en la luz que lo cruza a

hurtadillas,

en su densa, inhabitable noche de aullidos que impera

incluso de día o en el silencio,

mar de resmas de hojas

que caen y caen y crecen y brotan, todo al mismo tiempo,

de yerbas entrelazadas,

de mareas de pájaros,

de oleadas de animales ocultos.

Absoluto amor de Efraín Huerta

Como una limpia mañana de besos morenos

cuando las plumas de la aurora comenzaron

a marcar iniciales en el cielo. Como recta

caída y amanecer perfecto.

Amada inmensa

como un violeta de cobalto puro

y la palabra clara del deseo.

Gota de anís en el crepúsculo

te amo con aquella esperanza del suicida poeta

que se meció en el mar

con la más grande de las perezas románticas.

Te miro así

como mirarían las violetas una mañana

ahogada en un rocío de recuerdos.

Es la primera vez que un absoluto amor de oro

hace rumbo en mis venas.

Así lo creo te amo

y un orgullo de plata me corre por el cuerpo.

El ser que va a morir (fragmento) de Coral Bracho

Agua blanda, lustrosa;

agua sin huella; densa,

mercurial

su blancura acerada, su dilución en alzamientos de grafito,

en despuntar de lisa; hurtante, suave. —Agua viva

su vientre sobre el testuz, volcado sol de bronce envolviendo

—agua blenda, brotante. Agua de medusas, agua táctil

fundiéndose

en lo añil untuoso, en su panal reverberante. Agua amianto, ulva

El bagre en lo mullido

—libando; en el humor nutricio, entre su néctar delicado; el áureo

embalse, el limbo, lo transluce. Agua leve, aura adentro el ámbar

bajo la sombra vidriada. Agua linde, agua anguila lamiendo su perfil,

su transmigrar nocturno

Amiga a la que amo: no envejezcas… de Rubén Bonifaz Nuño

Amiga a la que amo: no envejezcas.

Que se detenga el tiempo sin tocarte;

que no te quite el manto

de la perfecta juventud. Inmóvil

junto a tu cuerpo de muchacha dulce

quede, al hallarte, el tiempo.

Si tu hermosura ha sido

la llave del amor, si tu hermosura

con el amor me ha dado

la certidumbre de la dicha,

la compañía sin dolor, el vuelo,

guárdate hermosa, joven siempre.

No quiero ni pensar lo que tendría

de soledad mi corazón necesitado,

si la vejez dañina, prejuiciosa

cargara en ti la mano,

y mordiera tu piel, desvencijara

tus dientes, y la música

que mueves, al moverte, deshiciera.

ame, te pido;

hermosa entonces, joven como ahora,

no me ames: recuérdame

tal como fui al cantarte, cuando era

yo tu voz y tu escudo,

y estabas sola, y te sirvió mi mano.

Amor sin muerte de Elías Nandino

Polvo serán, mas polvo enamorado.

– Quevedo

Amo y al amar yo siento

que existo, que tengo vida

y soy mi fuga encendida

en constante nacimiento.

Amo y en cada momento

amar, es mi muerte urgida,

por un amor sin medida

en incesante ardimiento.

Mas cuando amar ya no intente

porque mi cuerpo apagado

vuelva a la tierra absorbente:

todo será devorado,

pero no el amor ardiente

de mi polvo enamorado.

De entre los muchos temas que se han abordado en la literatura y poesía mexicana, uno muy especial es el amor. Por ello, te presentamos una lista de 10 poemas de amor y desamor que debes leer y, si así lo deseas, dedicarle tu favorito a aquella persona que te provoca insomnio y que te roba más de un suspiro. ¡Conócelos!

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